En el ruido del mundo profesional y el tejido de una sociedad en constante cambio, surgen figuras que desafían los convencionalismos preestablecidos. Elena Iduñate Barrera, una joven Notario Público en la Comarca Lagunera, personifica tal audacia. Su temprano ascenso en un dominio tradicionalmente masculino no sólo refleja su potencial excepcional, sino también un hito doblemente significativo en términos de género. La confianza impregnada en su posición es fruto del trabajo inquebrantable, la dedicación implacable y el compromiso indiscutible hacia sus clientes. Acompáñanos a conocer un poco de su historia que es un testimonio del poder de la perseverancia.
Platícanos cómo ha sido tu trayectoria personal que te llevó a convertirte en notaria…
De niña me encantaba leer y me sentí siempre muy inclinada por las causas justas. Siempre quise estudiar Derecho y ser como mi Abuelo y mi Papá. Durante mi carrera trabajé en un despacho dónde conocí el Derecho Civil. Fui funcionaria pública dos años y finalmente en el año 2016 empecé a colaborar en la Notaría 43, dónde el titular es mi Papá y en 2017 con mi Abuelo en la 32.
¿Cuáles fueron los pasos y desafíos qué enfrentaste en este camino?
Tuve la oportunidad de ser Notaria a los 30 años, la misma edad que tenía mi abuelo cuando lo nombraron Titular de la Notaría Pública 32 en Torreón. Sin embargo, la gente estaba acostumbrada a ver al “Señor Notario” y me costó ganarme la confianza de los clientes; demostrar que, a mi edad, contaba con la experiencia y el conocimiento para poder llevar a buen fin todos sus trámites y proteger su patrimonio.
Como Notario, ¿puedes explicarnos en qué consiste tu labor diaria y cuáles son las responsabilidades principales que desempeñas?
La mayor parte de mi día se me va leyendo, revisando y analizando los trámites que me confían mis clientes. Aclarando sus dudas y buscando siempre la forma en que cada acto que celebren ante Mí, vaya revestido de todas las formalidades de ley para garantizar el patrimonio de quienes depositan en mí su confianza.
En el contexto de México, ¿cómo es el proceso para convertirse en notario? ¿Qué requisitos y etapas se deben cumplir para acceder a esta profesión?
La función Notarial es una facultad de los Gobernadores y por la naturaleza de este delega estas facultades en los Notarios para que actuemos como garantes de la verdad en los actos que celebramos. Los requisitos cambian en cada estado. En el estado de Coahuila se debe contar con la Licenciatura en Derecho con título registrado, tener experiencia y prácticas notariales, cumplir con los demás requisitos que marca la ley y contar con la aprobación del Ejecutivo y el Congreso del Estado.
¿Cuál es el porcentaje aproximado de mujeres que actualmente ejercen como Notarios Públicos?
Desconozco cuál sea la estadística a nivel nacional. En el Distrito de Torreón somos 27 “Notarias” de un total de 90 Notarios Públicos, no llegamos ni siquiera al 30 por ciento.
A menudo se confunde el papel del Notario Público, el Corredor Público y el Abogado. ¿Podrías brevemente aclararnos cuáles son las diferencias clave entre estas tres profesiones?
Los Notarios somos abogados de profesión. Un requisito para ser Notario es ser Licenciado en Derecho y tener el Título Registrado ante el Poder Judicial del Estado. La figura el Notario exige que el titular sea un perito en diferentes materias del Derecho, como lo es el Derecho Civil, Derecho Mercantil, el Derecho Administrativo y el Derecho Fiscal, para lograr que cada acto que celebremos cumpla con toda la legislación aplicable.
La figura del Corredor Público exige la misma pericia de sus titulares, sólo que la Fe que se otorga al perito se limita únicamente a actos de Comercio y de Derecho Mercantil. El Corredor Público está facultado además para elaborar avalúos, cosa que el Notario no.
