Un grupo que está reinventando las viejas reglas con una voz de justicia e igualdad. Altruistas digitales mimetizados sentimentalmente con sus pantallas y redes. Viven en un mundo simple, de 1’s y 0’s, pero sumamente vivido y complejo; van buscando los vestigios de una antigua civilización de donde provienen creaturas fantásticas conocidas como los Boomers y la Generación X, legendarios guerreros campiranos que vivieron en una era previa al nacimiento de la magia digital, de quienes surgieron los Millennials, monumentales enemigos y predecesores que impusieron caos y casi una anarquía total al tratar de introducir los iPhones y sentimientos en la oficina y la mesa familiar.
Pero los Centeniales no son así, ellos vienen a traer equilibrio a la fuerza y orden a la entropía. Hoy en día ser Gen Z habla de valores empáticos y globalizados, su impaciencia por vivir a la velocidad del código binario que los rige demanda una astucia épica para poder sobrevivir la simulación del control que los mueve a actuar en unísono aun cuando cada uno habla y respira un idioma diferente al individuo que tiene frente a sí.
. Separados por pantalla y no murallas, he de confesar que los encuentro fabulosamente extraños, bizarramente centrados y extremadamente calmados, aun cuando entendemos que aquello que más mueve a estos individuos “centenales” a cruzar un cielo sean unos sueños completamente fuera de órbita y, que a la vez, sean ellos mismos los que se impidan ir más allá porque se quedarían sin señal porque el Wifi aún no llega a las estrellas, pero ténganlo por seguro que ESTA Generación es la que lo instalará allá arriba.
